jueves, 16 de julio de 2009

"Vamos con todo a partirles la ...cara.


En Michoacán se puede oler que una ofensiva de las fuerzas federales está cerca .

MORELIA, Mich.- Hace 17 años el general Rodolfo Cruz López estaba al igual que hoy, rodeado por un grupo de jóvenes. Entonces los alentaba, les decía que había que jugarse todo y que había que ganar, pues para eso se compite.
En 1992 el general Cruz era el coach del equipo Centinelas de Guardias Presidenciales. Ese año había tomado al equipo en el último lugar de la tabla de la Liga Mayor de futbol americano y los llevó a la final.


Hoy, en el círculo que lo rodea no hay jugadores sino hombres de 27 años, en promedio, que con el rostro cubierto por pasamontañas, uniformes azules y rifles R-15 están listos para salir a pelear contra el cártel de La Familia Michoacana, que en los últimos días lanzó una ofensiva inédita en contra de la Policía Federal.
"Estamos aquí porque estamos convencidos de que vamos a ganar. Si pensáramos que no podemos ganar ni siquiera hubiera valido la pena haber venido. Vamos a darles con todo, no quiero que nadie se eche para atrás", decía el general Cruz a los jóvenes que le rodeaban, aunque hoy ya no es un entrenador, sino el responsable del despliegue territorial del la Policía Federal.
"Usted sabe que nosotros no nos echamos para atrás, el otro día cuando nos los topamos les dimos con todo y no nos echamos para atrás", le respondió al general un joven ex militar que se unió a las Fuerzas Federales de Apoyo de la Policía Federal y que el sábado pasado participó en la detención del capo Arnoldo Rueda Medina, La Minsa.


Con el rostro descubierto, este federal bajito y de bigote bien recortado platicó cómo La Familia intentó rescatar a su operador: "La adrenalina era mucha. Disparé todo un cargador, luego le puse otro y otro más; no sé cuántos tiros disparé. Pero no nos lo pudieron quitar. Una granada nos cayó a unos metros pero no nos pasó nada".
Asegura que en varias ocasiones le han ofrecido dinero para ayudar a los narcotraficantes, pero dice que no ha aceptado simplemente porque él desde que llegó al Ejército le ha gustado estar del otro lado.
Otro joven, también de 27 años, que proviene del Ejército, confiesa que a él aún no le ha tocado disparar su arma de cargo, pero que no dudaría en hacerlo para combatir a los miembros de La Familia.


En el estado se puede oler que una ofensiva de las fuerzas federales está cerca. Este jueves Michoacán amanecerá con un despliegue de 4 mil elementos entre policías, Ejército y Marina.
En un avión 727 de la Policía Federal llegan a Michoacán con el general Cruz y un centenar de policías que se unirán a los mil 200 que ya están en el estado. Saben que el lunes 12 de sus compañeros fueron ejecutados. Están dolidos y no ocultan las ganas que tienen de enfrentar al enemigo.
"Vamos a ir a esa carretera que dicen que no se puede transitar. Vamos a ver si se puede o no se puede", asegura el general al referirse a la autopista Siglo XXI. A la orilla de esa carretera fueron abandonados los cuerpos de los 12 policías torturados y ejecutados. En esa vía también fue asesinado el martes otro federal y horas más tarde un autobús que transportaba a 30 agentes fue atacado con granadas y armas de fuego.


El general Cruz, un militar de 66 años con 50 de carrera en las armas, sabe que hace unas horas uno de los enemigos por los que vienen a Michoacán, Servando Gómez Martínez, La Tuta, tuvo la osadía de dar un mensaje y decirle al Presidente que los de La Familia no son sus enemigos.
Ese anuncio lo enoja y dice: "La diferencia entre ellos y nosotros, es que nosotros sí damos la cara y tenemos un uniforme".
El general toma del hombro a varios de sus muchachos y uno por uno va platicando con ellos. No les ofrece muchos detalles, pero una y otra vez les reitera que este trabajo no es para cobardes: "Es duro, ven caer a sus compañeros y hay que animarlos", dice. "Vamos a darles en la torre, sólo necesitamos blanquillos", arenga.

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