miércoles, 10 de junio de 2009

Libertad de expresión, secuestrada por la inseguridad .


Cd. Delicias, Chih.- La libertad de expresión es uno de los valores fundamentales de la democracia de una nación. La libre manifestación de las ideas esta consagrada en nuestra Carta Magna en los artículos 6° y 7°, siendo el expresidente Miguel Alemán quien declarara en 1951, el 7 de junio como Día de la Libertad de Expresión en México; sin embargo, este derecho se ha visto violado tanto por las autoridades como por la sociedad.


La libertad de expresión es un derecho tanto individual como colectivo, ya que no sólo es el derecho individual de dar a conocer o recibir información, sino que la sociedad se vea inmiscuida al aportar información. El ejercicio de la libertad de pensamiento y expresión no se puede sujetar a la censura, ni se puede restringir por medios indirectos, así lo estipula el artículo 13 de la Convención Americana de los Derechos Humanos. Sin embargo, en los últimos años se ha vuelto mas difícil ejercer dicho trabajo ya que quienes se dedican a esta actividad suelen ser víctimas de agresiones y amenazas tanto por autoridades como del crimen organizado. El grado de agresiones físicas y número de periodistas que reciben amenazas, intimidaciones y presiones de todo tipo se ha incrementando notablemente, siendo esta una de las profesiones cada vez más amenazada y deteriorada en su seguridad.

México es el segundo país más peligroso para el ejercicio del periodismo, siendo el Estado de Chihuahua el mas violento para los periodistas; esto tiene poca repercusión en la sociedad y pone de manifiesto la falta de unidad entre los comunicadores. Destaca que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra Periodistas indica que, sólo 3 de 25 asesinatos cometidos contra informadores -entre 2007 y 2008- tiene relación con su ejercicio profesional.

Algunos medios han decidido proteger a sus periodistas con chalecos antibalas, rotando a los reporteros en la fuente policiaca, publicando noticias sin la firma de los autores e incluso, muchos evitando la publicación de notas relacionadas con el crimen organizado.

Pero las agresiones que los periodistas reciben son principalmente por parte de las fuerzas del orden, policías y militares, seguidos de funcionarios y políticos. El incremento de los agravios fue notable sobre todo con los operativos contra el narcotráfico, ya que frecuentemente se dan casos en que los periodistas son amedrentados con armas de fuego, destrucción de sus equipos y golpes, para así impedir la cobertura de la noticia.

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