En el recorrido por Paseo de la Reforma, Juárez y Francisco I. Madero protestaron con pancartas y gritos contra quienes los rechazan o los exhiben. “¡Fe-li-pe Calde-rón tam-bién es ma-ri-cón!”, “¡Norberto Ri-ve-ra, homofóbica culera!”, exclamaron.
Y también como cada año, armaron su propia fiesta: “¡El que no brinque es buga!”, corearon una y otra vez saltando. El colorido, el sudor, el movimiento, el ritmo, se conjuntaron con un llamado continuo a la tolerancia y la comprensión. Se toquetearon y besaron, desbordando su sensualidad en pleno recorrido.
Muchos sólo traían brevísimo calzón o atrevida tanga. Otros apenas se cubrían con la mano. Abundaron quienes presumieron ante tirios y troyanos bustos inverosímiles. Alas, vestidos de novia, atuendos de emperatrices, tutús, diademas, banderas, fue lo que más se vio entre los contingentes.
La meta, como cada año, fue el Zócalo capitalino. La lluvia irrumpió, aunque la mayoría se quedó para escuchar la participación de diferentes artistas.
Con información de agencias" fotos: Jaqueline Nájera.
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