Pese a que fue ampliamente superior, América se conformó con derrotar 1-0 a Guadalajara y así llevarse la edición 153 del clásico, en el cierre de la fecha 13 del Torneo Apertura 2009 del futbol mexicano, disputado en el estadio Azteca.
La única anotación del encuentro fue obra del colombiano Aquivaldo Mosquera, al minuto tres. Con este resultado América escaló al segundo sitio del Grupo Tres y al tercero de la clasificación
general con 25 puntos. Mientras Guadalajara se quedó con 15 en el tercer escalón del Uno.
Raúl Arias, técnico del Guadalajara, aseguró a su llegada a esta capital que su equipo saldría a proponer las acciones, con lo que no contaba era que enfrente estaría un equipo que desde el primer minuto tomó el control del juego y apenas al minuto tres ya ganaba.
Instantes después del silbatazo inicial Pavel Pardo cobró una falta por el sector de la izquierda a primer poste donde el colombiano Aquivaldo Mosquera se levantó para conectar un cabezazo
contundente que dejó fuera de toda posibilidad a Luis Michel y así hacer estallar al "Coloso de Santa Ursula".
Este golpe terminó con cualquier esquema que Arias haya diseñado, ya que se vio obligado a ir al frente en busca del empate desde muy temprano, ante unas Aguilas que encontraron el partido que ellos querían.
Los balones aéreos fue una verdadera pesadilla para el "Rebaño Sagrado" que fue incapaz de ganar un balón en el área donde una y otra vez fueron "bombardeados" por "misiles" americanistas.
Edgar Solís, de pésima actuación y que fue relevado muy temprano en el juego, salvó a su equipo de la segunda anotación en un tiro de esquina por derecha que el paraguayo Salvador Cabañas conectó con la cabeza y que llevaba dirección de gol, pero que fue despejado en la
línea.
A once minutos del descanso, Mauricio Morales no quiso marcar una mano flagrante dentro del área de Edgar Mejía, luego de un cabezazo franco de Angel Reyna que tenía como destino el fondo de las redes.
Al inicio de la parte complementaria el juez central tampoco tuvo el valor para marcar dentro del área un pisotón de Héctor Reynoso sobre el brasileño Rosinei Adolfo, quien ya se enfilaba para
encarar a Michel.
La necesidad de Chivas por conseguir el empate obligó a Arias a sacar a un volante y a meter a Omar Arellano, en busca de mayor peso en su ataque que durante la primera parte fue un "fantasma" que deambuló por la cancha.
En lo que fue prácticamente su primer arribo de real peligro sobre la meta de Guillermo Ochoa, Chivas estuvo cerca del empate en un doble remate que primero tapó Mosquera y posteriormente Rosinei.
Luego que la media cancha de ambos equipos desapareció, Jesús Ramírez buscó tener un mayor control en esa zona y ordenó el ingreso del chileno Jean Beausejour para acompañar a Pardo y a Rosinei.
Con mucha fortuna Bravo estuvo cerca de conseguir la igualada en un rebote que se encontró y que arrastró por izquierda al área donde sacó un fogonazo directo a la humanidad de Ochoa, al minuto 72.
Pese a que tenían dominados al rival y con la posibilidad de asegurar la victoria, Jesús Ramírez no quiso más, se conformó con la magra ventaja y aseguró sus líneas con la salida del argentino Daniel Montenegro y el ingreso de José Martínez.
Y aunque Chivas intentó, nunca pudo poner en riesgo la victoria de América que en la recta final tuvo el dominio del balón, lejos de su portería para así salir avante de este clásico y conseguir tres puntos que los encaminan a la calificación, pero que sobre todo es una fuerte inyección en lo anímico.
El arbitraje estuvo a cargo de Mauricio Morales, quien tuvo una pésima labor al no señalar dos penales a favor del América, que a la postre, para su fortuna, no incidieron en el resultado.
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