lunes, 30 de julio de 2012

La guerrera, Pie Oscuro, sexto capítulo


“El Pasado”
Por: Alba Gri.

Sin saber lo que le deparaba el destino, Pie recorrió un largo camino al sur, ya cansada por los días de cabalgata, apoyó su frente sobre la cabeza de su caballo y cerrando los ojos dejo que el la guiara, apurando éste, su tranco, hasta llegar a uno más lento, cuando el suelo empezó a estar más pedregoso o sinuoso. 

Al amanecer detuvo su andar, meneando su cabeza hasta despertarla, la joven levanto la vista, encontrando delante de ella un gran arco de piedras ennegrecidas por los años, cubiertas de musgos, levantándose a cada lado un estandarte desgastado y roto, pero aún se podía observar todavía el dibujo de las iniciales CH a la derecha y una L en el de la izquierda.

A medida que el sol iba apareciendo y alumbrando con sus rayos el paraje, todo le resultaba más conocido, parecía como si ya hubiera estado alguna vez en ese lugar. Se acercó a un arroyo a juntar agua en su cantimplora y mojó su rostro. El aire fresco le traía aromas a hierbas conocidas de su niñez, una sonrisa ilumino su rostro, pronunció una palabra en un dialecto extraño “chosen”, juntó flores silvestres, que colocó en su pelo, tomó de la rienda a su alazán y empezó a descender caminando hacia las primeras tiendas de los lugareños. Los niños corrían a su encuentro sin temor como si la conocieran de tiempo atrás, algunas jóvenes se asustaban al verla; ella sonreía, sin importancia, de repente le salió a su encuentro una anciana, que tomando su mano la levantó hacia lo alto pronunciando las palabras “The Chosen” (La Elegida) y mostró a todos los allí reunidos el broche que Pie llevaba prendido en su capa, similar al que la anciana tenia en sus ropas.

Esa tarde Pie pudo escuchar la historia de su infancia y la de sus dos hermanas, contada por su propia abuela. Hacia ya exactamente treinta años, una noche de luna llena, llegaron escuadrones de bárbaros a asaltar su tribu, en el ataque murió su padre y desaparecieron ella y su hermana tres años mayor, Joan, de la cual se desconoce el paradero, sobreviviendo a este su hermanita, recién nacida Alatex, que vivió allí, compartiendo su sabiduría con los niños del lugar hasta hace unos años que fue devorada por un animal salvaje, que venia del cielo, según palabras de la longeva mujer.

Cuenta la historia que Pie sobrevivió, al ser salvada por una manada de lobos, que la resguardaron del frío y de otras bestias. Su abuela Marie le aconsejó a Pie, a la que todos llamaban por su apodo “Pie Oscuro”, ya que desde pequeña le encantaba andar descalza, que si pensaba continuar su viaje, lo emprendiera pronto, ya que venían cinco noches de luna llena, pudiendo aprovechar al máximo esa luz.

Después de una gran cena en la tribu, las aldeanas preparan a Pie viandas y ropas de cueros abrigadas para llevar, Pie preparó su jamelgo para su partida y tomando el camino lindero a las montañas y con la luna de compañía, avanzó por los riscos acortando camino.

Era ya la segunda noche del trayecto, el viento se hacia sentir cada vez más frío, unas nubes negras parecían querer tapar la luna, que redonda y brillante alumbraba como un faro en medio del mar. Pie decidió apearse y buscar protección, en una saliente de piedras y preparó su fogata otoñal, puso a su fiel compañero de batallas en resguardo, y se dispuso a dormitar,a lo lejos se escuchaban algunos aullidos. Pie cansada cayó vencida por el sueño. En esos momentos una ráfaga de viento prepotente quiso extinguir el fuego, pero no lo logró, en medio de la obscuridad se escucharon los chasquidos de ramas secas al quebrarse…

domingo, 22 de julio de 2012

La guerrera, Pie Oscuro Quinto Capítulo "La emboscada"

Por: Alba Gri

Aquella noche la luna parecía estar en rebeldía, no quería brillar, unas nubes tapaban parte de su fase débilmente iluminada, la oscuridad, se hacia cada vez más pesada y empezaba a levantarse una brisa fría.




Pie decidió liberar al caballo de la silla y buscar algún lugar donde hacer una fogata en ese momento un jinete se le adelantó cruzándose en su camino, colocándole la punta de su lanza en el pecho. Ella cruzó su brazo derecho como buscando la espada que desde niña llevaba a su izquierda, pero sin encontrarla, de un momento a otro ya estaba en el suelo, su oponente la tenia inmóvil.

De pronto sintió un suave silbido muy sutil ,como el de una ráfaga de viento, era una flecha atravesando el aire, que certera impactó en su adversario, quién cayó abatido encima de ella. Pie sorprendida y feliz ya que esa puntería le era familiar, miró el penacho de la flecha, que llevaba los colores de su reino, suspiro profundamente, tuvo la leve ilusión de que fuera el Señor Oscuro como le decían a Lord Karl O’scurs, un brazo extendido le interrumpió sus pensamientos, ella vio que no era él , era Lut, su compañero de batallas y paladín.

Ambos se abrazaron contentos y luego juntos prepararon el fuego, esa noche le contó que la había estado siguiendo desde su partida, para protegerla y también para alcanzarle su armadura y su espada, ya que le habían llegado rumores de que sus enemigos le tenderían una emboscada.

Lut, contó que el Duque Sant Trouble, su amigo y protector estaba luchando en el sur, entonces Pie decidió cambiar su rumbo y dirigirse hacia allá a luchar junto a él.

Placeres de pasarela

Por: Roberto Ríos Vargas

Son prácticamente las siete de la tarde. Ha empezado la improvisada pasarela de cuerpos masculinos frente a un público femenino cada vez más excitado. El público abarrotó “El Felino”, más de lo que esperaba el organizador, un homosexual delgado y viejo dedicado a dar clases de zumba por los rumbos del metro Apatlaco.

La tentación era grande, el organizador aprovechó la gran asistencia ofreciendo “cómodos privados”. Ana, por tener como llamarla, decido hacer lo que hace mucho tiempo había pensado, engañar a su esposo con otro hombre, y ¿por qué no?, si su esposo la engaña ya hace varios años con la secretaria de la empresa en la que trabaja. Después de haber ingerido ya casi siete copas de vino y con las ganas de venganza, escoge a Michel para llevar a cabo su cometido.

Son ya las siete y cuarto. Unas zapatillas y un pantalón de mezclilla ajustado resaltan la cadera, los glúteos y las largas piernas de Ana, que son acompañados por sus firmes senos envueltos en una blusa roja; todo ese cuerpo se encuentra ya instalado en un cuarto de baño. La puerta se abre y ante sus ojos aparece Michel, el cuerpo de la infidelidad justificada.
La puerta del baño se cierra tras la entrada de Michel. Ana se acerca decidida a tomar al chico por el cuello, lo jala, lo besa, una y otra vez; su lengua recorre los labios masculinos, baja por el cuello y continúa en su pecho, luego, va más abajo y encuentra el musculoso y bien torneado abdomen del chico, sin soltarlo como una boa atrapando a su presa, vuelve hacia los labios y lo besa con pasión y desesperación. Michel se muestra excitado y sigue el juego.
De inmediato los brazos del stripper, rodean la cintura de Ana. Con un choque de sexos, el chico musculoso retira la blusa de la fémina que deja al descubierto sus senos erguidos. Michel ahora es quién toma el control de la situación. 

Ana dice en voz alta: - “hazme tuya, papito”, “dámelo todo”, “llénamelo de leche” - y una serie de vulgaridades que no se atrevería decir con su marido. Una ligera sonrisa escapa de la cara de Michel, sabe que podrá hacer lo que se le ocurra con Ana, es un desfogue, sexo de ocasión y sin compromiso, pero a la vez sexo sin amor.

Ahora Michel decide retirar el sostén, de inmediato ambos senos seden ante la gravedad, ahora el pantalón, Ana ahora esta de espaldas y cooperando para que la ropa pueda salir lo más rápido posible y sin cortar el erotismo del momento, después de quitarle el pantalón, una tanga negra y de encaje hace su aparición, Ana sumamente excitada se voltea y lleva su cabeza a la entrepierna del chico y comienza con una sesión de sexo oral que por los gestos de Michel parece placentera.
La mujer ya sin pantalón y el hombre con una sola prenda siguen seduciéndose entre sí, las manos en los sexos contrarios, y las bocas en cualquier parte de los cuerpos opuestos. Michel sostiene contra la pared a la ama de casa y baja poco a poco, hasta llegar al punto fuga de Ana.
Después de tal experiencia, el chico toma por la cintura a su compañera, le da la vuelta, y la inclina un poco; ahora Ana esta recargada sobre en lavabo con las piernas firmes y el trasero levantado, la humedad de su vagina revela que el siguiente paso será placentero.
Michel tiene cuidado e introduce su miembro, Ana suelta un gemido parecido al de un animal en celo, Michel va una y otra vez, la toma por la cintura como tratando de aprisionarla, los gemidos de Ana se pierden con la música de fondo que se escucha, ahora el chico decide cambiar la posición en la que se encuentra, levanta a Ana, le abre las piernas y en el aire vuelve a introducir su miembro en la ya muy húmeda vagina de Ana, los gemidos son cada vez más intensos y prolongados una y otra vez, hasta que Ana suelta un grito que se ahoga en bullicio, el cual revela un orgasmo intenso y satisfactorio.

Michel por su parte no deja de entrar y salir así pasan los minutos que parecen horas de placer hasta que él también logra alcanzar el clímax. Ambos se abrazan y se funden en un gran beso. La tenue luz que ilumina la escena muestra dos cuerpos desnudos como si fueran los de grandes amantes, ya son más de las ocho, el tiempo y el espacio se perdieron por un rato, Ana recoge su ropa, se enfunda en su pantalón ahora ya sin tanga, se pone rápidamente el sujetador y la blusa y por último se acomoda el cabello; Ana se muestra feliz y satisfecha, pero sabe que es tarde, su esposo ya debe estarla buscando. 

Michel también se viste; Ana lo observa, lo besa, vacila un poco y mete dentro del pantalón de Michel su tanga de encaje, le pide que la conserve y se marcha.
Al abrir la puerta, algunas asistentes que aún estaban en el evento la miran buscado algo que la delate y muestre lo que hizo dentro del baño; unas murmuran, otras en tono de broma le dicen: – oye, si sólo era un rato –, Ana alza la cabeza y esboza una sonrisa de complicidad.
Justo en el momento en que Ana cierra la puerta del baño, su marido irrumpe en el lugar, se ve molesto, alcanza a Ana, la toma de la mano y la jala hacia el exterior reclamando su asistencia en tal evento; cruzan la calle y lejos del bullicio, el marido choca la palma de su mano contra el rostro aún sonriente de la chica.
Ana, no muestra señas de dolor por el golpe, ni arrepentimiento por lo que acaba de suceder en “El Felino”, ahora ya sabe lo que es dar rienda suelta a la pasión y sobre todo se ha cobrado una de tantas infidelidades de su marido. Un cuarto de baño, el bullicio del lugar y el cuerpo de Michel son ahora mudos testigos de esta historia llamada Placeres de pasarela.

jueves, 12 de julio de 2012

"El evento del siglo", Virus que se propaga vía Facebook

Redacción.

Los usuarios de Facebook podrían ser víctimas de un nuevo virus que se difunde en forma de la invitación a "eleventodelsiglo". Aunque no se comprobó que haya ocurrido en 100% de los casos, ya circulan en la web los comentarios de muchas personas que cliquearon en el enlace del evento y descargaron un spam, que envía el mismo mensaje a todos sus contactos sin que ellos se den cuenta.

La notificación de Facebook dice: "Como sé que te va a gustar la idea de vivir un viaje al pasado te lo comento. Entra en google y busca con el texto: eleventodelsiglo... Pero el texto asi todo junto. El primer resultado es para apuntarse. Yo me acabo de apuntar!!! La decada de los 20, gansters".

De acuerdo con un reporte de la empresa de seguridad en internet ESET, la red social es vulnerable a éste y otros tipos spam por su diseño. Por lo general, los usuarios suelen confiar en los mensajes que ven en los muros de sus contactos, y cliquean en estas notificaciones sin chequear si esto conlleva un riesgo para su computadora. Si se suma el hecho de que Facebook cuenta con 900 millones de usuarios, cualquier código malicioso es fácil de propagar en la red social.

Por lo general, los virus de Facebook están escondidos dentro de informaciones llamativas, como una noticia que diga "impactante video". Si un usuario hace clic en este mensaje de spam, se descarga en su computadora. Ante este tipo de invasiónes informáticas, los antivirus no pueden hacer demasiado, porque no resguardan el contenido de los muros e información de usuarios.

lunes, 9 de julio de 2012

La guerrera, Pie Oscuro, Cuarto capítulo: "La huida"

"La huida"

Por: Alba Gri 


Él, absorto en sus pensamientos después de escuchar las palabras de Pie, se repetía en su interior una y otra vez: - Tengo miedo de preguntar, tengo miedo de saber la respuesta, tengo miedo de haberla perdido sin haberla tenido; Prefiero irme con el recuerdo de su mirada entibiando mis pensamientos a llevar conmigo la certeza de que la dejaré en otros brazos, que será otro el que la escuche suspirar en su oído, otro el que sea dueño de sus caricias -. Entonces él girando la cabeza murmuro muy suavemente:
- Perdón dulce princesa de mis sueños, necesito que mi silencio me proteja, porque siento que mi corazón se va a destruir cuando escuche tú respuesta -.

Ella se acercó lentamente, miro su rostro, él clavó sus ojos en los de ella como queriendo descubrir en sus pupilas las respuestas a todas sus preguntas de su silencio de antaño, pero ella se seguía acercando peligrosamente, estaba parada junto a él, tenia su pelo negro suelto sobre sus hombros y un camisón blanco largo hasta los pies, que a trasluz dejaba motar las formas de su cuerpo, parecía un ángel, él podía sentir su respiración, Pie, volvió a hablarle, ya preocupada por la tardanza de sus palabras:
- ¿No me vas a preguntar? - Volvió a repetir.
Una ráfaga de viento entró a la habitación al mismo tiempo que se sintió el sonido de unos nudillos golpeando sobre la vieja puerta de roble, él presuroso abrió, como si hubiera sido salvado por ese llamado, enfrente de él, un niño con voz suave le dijó:

- Señor, Señor carta de su Alteza, su señora esposa –

Él tomó el sobre y muy presuroso subió los escalones hacia su alcoba a leer la misiva.
Pie rápidamente cerró la puerta, tal vez para que nadie viera como las primeras lágrimas caían por sus mejillas, apoyada en la fría madera se tomó fuertemente los brazos tratando de imaginar el abrazo tan esperado y que ya nunca sería posible.
Era media noche, y todo el reino estaba entregado a los brazos de Morfeo, cuando se oyeron unos pasos en el corredor que comunicaba a la alcoba de la joven, un golpeteo a la puerta, hizo que levantara la mirada; Era su Señor que parado detrás de esta, tembloroso y sollozando en ropas de cama con un candelabro en la mano le dijó:
- ¡Es urgente, necesito que me escuches por favor! -.

Pie, se mantuvo inmóvil y quieta, sin abrir, era inútil sostener esa relación imposible que les traía tanto sufrimiento, luego escuchó los pasos de su amado alejarse…
... Nunca hubiera imaginado ella, que si hubiera abierto esa noche la puerta, el destino, hubiera cambiado sus vidas para siempre.

Será que estaba equivocada en sus sentimientos y eso no era amor, ¿cómo poder definirlo? ¿cómo definir el amor? es un sentimiento tan raro; tan absurdo; tan sublime como despiadado, ya que a veces nos hace sonreír, ruborizar y otras, nos hiere tanto que nos hace sentir la más cruel de las torturas...

… en fin es algo sin explicación, que lo sienten más los jóvenes en todos sus efectos...
Pie, decide dejar atrás esos lugares, esa historia que nunca tendría un final feliz, dejaría de luchar por algo que nunca le pertenecería, tal vez su corazón estaba errado y no era amor, sino gratitud, curiosidad por esa sombra errante que se escurría tras la penumbra del castillo, ¿cómo podía amar a alguien que nunca había visto? Tal vez era solo producto de su imaginación.

Sin ayuda de sus doncellas saco su viejo baúl para empezar a empacar. Estuvo un instante observando el fondo, donde depositaria definitivamente su armadura compañera de tantas batallas y con gran pesadumbre, dejando caer la tapa lo cerró, al escuchar los chirridos de los carruajes, corrió a la ventana y vio con asombro que el Señor, partía.
 
Esto la hizo decidirse, aquel anochecer bajo al establo para ensillar su corcel negro y emprendió el rumbo hacia el norte, solo quería huir sin que nadie se enterara de su penar, debajo de la capucha de su capa negra solo se asomaba algún rizo castaño.
Dejo una nota de despedida a su fiel amigo y consejero, su paladín Lut , y salió a todo galope muy presuroso, la luna esa noche parecía estar en rebeldía...

Continuara…



sábado, 7 de julio de 2012

Capítulo 3 “Una confesión y un silencio”

Por: Alba Gri

La mano de él, sujetó la de ella en el aire con firmeza, antes de que rozará su piel y con una leve sonrisa, asintió y mientras la sujetaba, inclinó su rostro y sus labios se posaron en la boca fresca y tentadora de la ya no tan joven mujer uniéndose en un beso suave, pero apasionado, aquel que tantas veces habían soñado y postergado. Ya no eran adolescentes, los años habían dejado sus huellas, pero sus corazones aún temblaban de emoción.
Con una sola mirada, se tomaron de las manos y caminaron como dos enamorados hacia el interior del castillo, sabían que tal vez después de ese otoño no volverían a verse más...
Entonces, ¿Por qué dilatar una ruptura que tarde o temprano llegaría? seria mejor cortar por lo sano, guardar en su mente y en su corazón la tibieza de ese primer beso y nada más. Deteniendo la marcha la valiente joven lo miró a los ojos y dijo:

- Debo contarte algo mi Señor, fueron varios años de ausencias, sin recibir noticias sobre ti, pensando que tal vez sin vida estarías, he luchado con todas mis fuerzas para poder olvidarte y salía a las batallas a dar mi vida y lo mejor de mí, para que te sintieras orgulloso - .

- Fue en una de esas emboscadas donde en una fuerte lucha, mi espada al chocar contra la armadura de mi adversario, se rompí y caí de mi caballo, el casco se desprendió y cayendo dejó mi rostro al descubierto ante la mirada atónita del joven que no esperaba encontrar una mujer, nos miramos a los ojos, no se cuanto tiempo, tal vez segundos que perecieron años, él extendió su mano y me ayudó a levantarme, así fue como nos conocimos y en los posteriores enfrentamientos ya no pudimos enfrentarnos más, él me miraba, sonreía y se iba, hasta que hace unos meses llegó a mí un emisario de él, proponiéndome la paz y pidiendo mi mano en matrimonio.-

Un silencio angustiante invadió el lugar, Pie entonces subiendo un poco la voz dijo: - ¿Te callas? ¿No me preguntaras nada?....